Neoclásico
El neoclásico ocurrió a principios del siglo XIX, junto con la Revolución
Francesa. Con la influencia de la Revolución Francesa, la Revolución Industrial
en Inglaterra y el descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano se dio
fin a los excesos y la frivolidad de la burguesía y por lo tanto el traje
durante este periodo se presenta de otra manera.
Después de que Napoleón ascendiera al trono la indumentaria fue utilizada a modo de propaganda política: los revolucionarios manifestaban su rechazo a la vieja sociedad vistiendo prendas de las clases bajas como pantalones largos, chaquetas, suecos y colores blancos, rojo y azul. Aquellos que llevaban trajes extravagantes eran considerados enemigos de la Revolución.
La Revolución Francesa y la Revolución Industrial fomentaron una nueva estética en la indumentaria que prefería algodón, lino, percal, linón, muselina y gasa antes que seda y sus prendas eran más bien simples sin mucha complicación y con mucha transparencia.
En las mujeres se comenzó a ver el vestido chamise: una prenda de muselina blanca, casi transparente, de cintura alta con corte imperial y por encima se colocaban chales, bolero o Spencer (en sus inicios era solo una prenda masculina) para protegerse del frío. También se llegó a usar el redingote que era una mezcla del bolero y el tapado, abotonado hasta la cintura y luego abierto.
En cuanto al traje masculino se comenzó a utilizar el terno, el cual se integra por tres prendas:
- Chaqueta (levita: corto adelante y largo atrás)
- Chaleco
- Calzón (se irá alargando lentamente, pasando de la rodilla a la pantorrilla, hasta alcanzar finalmente el tobillo a fines del periodo. Eran muy ajustados realizados en tejidos de punto y de color generalmente claro haciendo contraste con la chaqueta.)
Donde se ve muy reflejada la vestimenta de este periodo es en la película británica "Orgullo y Prejuicio" que se estrenó en febrero de 2006.
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